sábado, 28 de diciembre de 2013

Tercer camino hacia las utopías...

Riiiiiin Riiiiin Riiiiin

Me desperté alterada y muy atontada, debido a los confusos sueños que me atacan durante la noche. No podía creer que ya fuese el primer día de clase, tan lejos de significar libertad, tan cerca de significar responsabilidad.

Tras prepararme y salir a toda prisa de casa con Rossalind Addle, mi hermana, no pude evitar fijarme en el hermoso espectáculo que el cielo nos ofrecía, tan hipnotizante e inquietante como "casi" diariamente. Por desgracia, el resto de la gente estaba demasiado ocupada estrujándose la cabeza para decidir dónde iban a tomarse el café ese día, y las jóvenes se preguntaban  si a fulanito le gustaría sus nuevos zapatitos verdes de tacón (cosa más hortera donde las haya). En fin, tras una carrerilla, llegamos de milagro a clase.

Rossalind se fue a la suya rápidamente tras no decirme ni adiós. Si, así es mi hermana. Una persona misteriosa, que la mayor parte del tiempo está pendiente de sus cosas y no le interesa que nadie se inmiscuya lo más mínimo, ni siquiera yo. Puede resultar  muy pasiva e introvertida, a no ser que se cabree, entonces si, desearás no haber nacido con tal de no ver su mirada; hay quien dice que si se cabrea podemos ver perfectamente la mirada de Hades, el dios de la muerte.  A pesar de todo, si está estable resulta de lo más esencial para nosotras, es como un rayo de sol en medio de la tormenta que somos las demás.

Nada más entrar a clase mis ojos no pueden evitar reparar en Will. Con sus rizos largos y rojizos, y sus extravagantes prendas, estoy segura que no pasa desapercibida en ningún sitio. Tanto su estilo como ella misma, resultan originales y muy artísticos. Es de estas personas que nada más verlas y hablar unas cuantas palabras, sabes que son artistas que procuran pintar su entorno a su gusto porque el mundo tal cual es, no les gusta. Cumple una gran función de Cupido, siempre está al acecho para saber a quién puede emparejar, no se le escapa ni una.
Debo reconocer que las clases me aburren, aunque intente prestar atención, en cuanto me doy cuenta estoy mirando por la ventana y dejando volar mi imaginación. Lo observo todo, pero creo que al fin y al cabo no veo casi nada, o nada que me interese mejor dicho. El gentío juvenil, la rutina anual, qué decir más que "qué puto sentido tiene".

Al salir de clase me tropiezo con Aileen -Mmmejeeeee-  Con sus pintas de estrella de rock  es otra más que consigue llamar la atención allá a donde va. Pero si su estilo atrae, más atrae ella misma en cuanto la conoces. Es tan aguda que es capaz de provocarte incertidumbre e interés al mismo tiempo. Original, culta y enormemente cortante. Si, si no tienes cuidado puede devorar tu voluntad en un segundo; lo que ella aun no sabe, es que soy capaz de sentir que tras ese gran caparazón de hormigón que se ha creado puedo ver a una niña adorable que también necesita cariño de aquellos a los que ella ve como extrañas criaturas (humanos).

Recibo un whatsaap de Will que dice que Ross, nuestra amiga universitaria, nos invita a cervezas.
Ross es divertida, ingenua e inteligente al mismo tiempo. Se mantiene al margen de las tonterías, pero siempre está para escuchar y aconsejar. Es una gran escritora, y la envidio buenamente por su fina prosa que hace que se me pongan los pelos de punta. Pero eso ella no lo sabe. Es polifacética total. Si quieres hablar de literatura, pintura, política, ahí está ella, pero al mismo tiempo es la persona con la que puedes reírte y debatir cosas sin sentido. Un dato interesante; le encanta contar chistes macabros sobre bebes.

Supongo que por hoy está bien, estas son las personitas con las que suelo pasar mi tiempo; y gracias a ellas, quizá, y solo quizá, puedan llegar a conocerme.

Con la mirada perdida...
Prunella






No hay comentarios:

Publicar un comentario